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lunes, 22 de noviembre de 2010

Lluvia, frío y oscuridad... Pamplona.

Se puede decir que ya está aquí. Y viene con la familia; y a quedarse unos meses. El invierno es como ese cuñado pesado que se planta en tu casa sin avisar y sin darte opción a decirle que no te apetece que esté aquí.

Y es que es alto el peaje que tenemos que pagar los navarros para tener los paisajes que tenemos y de los que la gente se enamora (y no sin razón). Desde septiembre hasta mayo pocas treguas nos ofrece el clima, a pesar de que el calendario diga que es otoño o primavera. Todos sabemos que el iniverno dura aproximadamente lo que le da la gana. Así que solo nos queda concienciarnos, subirnos la bufanda, atarnos bien las botas y pagar religiosamente la factura del gas y de la luz.

La verdad es que siempre me ha gustado el frío, pero no sus primos. Una mañana de enero a 0ºC puede ser perfecta. Mientras el cielo esté raso, claro. Los charcos y el gris no me van. Prefiero los azules. Y también la luz natural a las seis de la tarde.