Estamos a 7 de septiembre, miércoles. Esto implica para mi, y sobre todo para mi trabajo, que el fin de la temporada alta está muy cerca, apenas a una semana. Eso dice el calendario oficial. Sin embargo, la práctica dice que el verano acabo el 31 de agosto. La gente vuelve a trabajar, los colegios abren sus puertas y además parece que todo el mundo cambia el chip y deja de tener tiempo libre. O simplemente no les apetece. Porque, siendo sinceros, los días que está haciendo no son peores que los que hizo en julio, ni mucho menos. Y sin embargo, ahí estamos, matando las horas como podemos, poca historia para hacer tenemos ya.
En fin, que lo más gordo ya ha pasado, ahora toca volver a la temporada invernal. Quizá sea un poco más aburrida, porque siempre son las mismas caras y a las mismas horas, pero también es bastante más relajada, en el sentido de que no tienes que andar haciendo constantemente el papel de malo.
Feliz otoño a todos.
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