PIRAGÜISMO

Bueno, el verano va tocando a su fin. El día cada vez es más corto, la gente vuelve a sus trabajos y a nosotros poco nos queda de temporada alta en el curro.

De todas formas, aún quedan los últimos coletazos, que yo personalmente he aprovechado para apuntarme a un cursillo de iniciación al piragüismo. Es otra manera de hacer deporte y, además, en un entorno bastante agradable, a pesar de la fama de inmundo que tiene nuestro pobre Arga. En realidad son solo 8 horas, de las cuales ya llevamos la mitad y, realmente, creo que no dan para mucho. Pero menos da una piedra.

Sobre el deporte en sí, diré que, al igual que me paso en su día con el golf y con el tiro con arco (deportes que solo he practicado eventualmente y por oportunidades que no vienen al caso) me ha resultado una práctica mucho más difícil de lo que a simple vista se puede esperar. Eso si, a la gente que lleva tiempo en esto se le sigue viendo igual de cómoda, mientras yo y mis dos compis de cursillo nos esforzamos duramente por conseguir mantener una trayectoria recta y no comernos las zarzas ni acabar boca abajo.

Eso sí, tengo que decir que a pesar de sentirme inútil y estar molido, me lo estoy pasando genial. Cuando pruebe en aguas bravas os comento...