Contribuyentes

lunes, 21 de marzo de 2011

Ley D'Hont y sistema bicameral

En otro post amenacé con hablar de ésto. Y como lo prometido es deuda, allá voy, a sabiendas de que entramos en un tema farragoso y del género político. Sin embargo, dado que no es algo propio de ningún color político, me voy a arriesgar.

Para el que no lo sepa, en España el sistema de votos que se utiliza para elegir a los diputados es la denominada Ley D'Hont. ¿Y en qué consiste? Pues básicamente en que, en lugar de que cada voto valga lo mismo, se emplean como circunscripción las provincias y las ciudades autónomas y se les asigna a cada una de ellas, en función de su población, un número de parlamentarios que aportar al Congreso. Esto implica que una fuerza política puede, a pesar de tener más votos globales que otra, verse representada de una manera menor, por el simple hecho de tener dichos votos más repartidos a lo largo de la geografía española. Toma ya. Es por eso que partidos o coaliciones como PNV-EA, CIU o ER, que en porcentajes totales no obtendrían una representación tan numerosa, se convierten en las terceras fuerzas con mayor número de escaños, muy por encima de, por ejemplo IU, partido que actúa en todo el Estado.

Y habrá quién me diga que esto tiene su lógica, atendiendo a la representación autonómica. Pues he de contestar que no. Que para eso se supone (y me consta que es mucho suponer) está el Senado, que por definición constitucional es la cámara de representación autonómica, cuyo sistema de elección es completamente distinto (no me voy a adentrar, pero diremos que es más personal y territorial). Pero claro, según la Constitución, el mundo es de color de rosa y el Senado, además, pinta algo.

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